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Cuando el calor aprieta y buscas algo dulce, fresco y sin complicaciones, la Carlota de Mango Casera aparece como la heroína del momento. No necesitas horno, ni batidoras eléctricas, ni técnicas complicadas. Solo una licuadora, un molde y muchas ganas de disfrutar.
Con su textura suave y cremosa, su sabor tropical intenso, y ese toque crujiente que aportan las galletas, este postre ha conquistado generaciones. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que lo puedes preparar con ingredientes simples, en minutos, y siempre queda espectacular.
Origen e Historia de la Carlota
La carlota, también conocida como charlotte en la cocina europea, es un postre de origen francés que ha recorrido el mundo. Se trata de una preparación fría en capas, hecha generalmente con bizcochos o galletas como base, y rellenos cremosos que pueden variar: frutas, chocolates, mousses, cremas batidas…
En México, la versión más popular es la Carlota de Limón, y a partir de ahí, nacieron muchas otras variantes tropicales, como la Carlota de Mango, que ha tomado protagonismo en los meses de calor. Es tan fácil de hacer y tan deliciosa, que hoy forma parte de la repostería casera básica de muchos hogares mexicanos y latinoamericanos.
¿Por Qué Esta Carlota de Mango Funciona?
Esta receta funciona por varias razones fundamentales:
- Sin horno, sin complicaciones: ideal para principiantes o para quienes quieren un postre rápido.
- Refrescante y ligera: perfecta para el clima cálido, pero también bienvenida en cualquier época del año.
- Sabor tropical auténtico: el mango maduro le da dulzor natural, color vibrante y una textura cremosa.
- Se prepara con anticipación: al ser un postre frío, puedes tenerlo listo desde el día anterior.
- Personalizable: puedes adaptarla a tu gusto, desde usar frutas extras hasta cambiar las galletas.
Ingredientes para Carlota de Mango Casera (8–10 porciones)
- 2 paquetes de galletas María (aprox. 360 g)
- 1 lata de leche condensada (397 g)
- 1 lata de leche evaporada (354 ml)
- 4 mangos maduros grandes (tipo ataulfo o manila)
- 1 queso crema tipo Philadelphia (190–200 g)
- Ralladura de limón o más mango (opcional, para dar un toque cítrico)
Decoración opcional:
Trozos de mango fresco
Hojas de menta
Galletas trituradas
Crema batida
Paso a Paso para Preparar Carlota de Mango Casera
Paso 1: Preparar la mezcla cremosa
En la licuadora, coloca el queso crema, la leche condensada, la leche evaporada y la pulpa de 1 mango grande. Si deseas un sabor más cítrico y equilibrado, puedes añadir la ralladura de un limón. Licúa hasta obtener una mezcla homogénea, densa y cremosa.
Paso 2: Elegir y preparar el molde
Elige un molde de vidrio o plástico, rectangular o redondo. No es necesario engrasarlo. Si deseas desmoldar la carlota, puedes forrar las paredes con papel film.
Paso 3: Armar las capas
Coloca una primera capa de galletas María cubriendo la base del molde. Puedes partir algunas para que se ajusten. Luego vierte una capa generosa de la mezcla cremosa y extiéndela con una cuchara o espátula.
Repite el proceso: capa de galletas, capa de mezcla. Generalmente se logran 3 a 4 capas. Finaliza con la mezcla cremosa en la parte superior.
Paso 4: Decorar
Pela y corta los 3 mangos restantes en cubos o láminas finas. Decora la superficie del postre con estas piezas. Puedes añadir hojas de menta o espolvorear galleta triturada para un toque decorativo adicional.
Paso 5: Refrigerar
Lleva la carlota al refrigerador durante al menos 6 horas. Si puedes dejarla toda la noche, aún mejor: la textura será más firme y el sabor más intenso.
Paso 6: Servir bien fría
Corta porciones cuadradas o en triángulo, y sirve directamente del molde o en platos individuales. Es un postre que se mantiene firme, con una consistencia tipo mousse.
Variaciones, Consejos y Sustituciones
Variaciones posibles:
- Agrega una capa de coco rallado entre las capas de galleta y crema.
- Sustituye parte de la mezcla de leches por yogur griego si deseas un toque ácido.
- Añade trocitos de mango fresco dentro de la mezcla para más textura.
Consejos útiles:
- Usa mangos bien maduros y dulces. Si están muy fibrosos, cuela la mezcla antes de usar.
- Las galletas María absorben líquido fácilmente, lo que crea una textura suave sin empaparse.
- Para una versión ligera, usa leche condensada y evaporada bajas en grasa.
- Si deseas más consistencia, puedes añadir 1 sobre de grenetina sin sabor disuelta en un poco de agua caliente antes de mezclar todo.
Sustituciones comunes:
- Galletas María → galletas digestivas o soletillas (ladyfingers)
- Mango → duraznos, piña o maracuyá
- Queso crema → yogur natural o queso mascarpone
Preguntas Frecuentes sobre la Carlota de Mango
¿Cuánto tiempo dura la carlota en el refrigerador?
Dura de 3 a 4 días bien tapada. No se recomienda congelar porque puede perder su textura cremosa al descongelarse.
¿Puedo hacerlo con mango congelado?
Sí, pero asegúrate de descongelarlo completamente y escurrir el exceso de líquido para no alterar la textura de la mezcla.
¿Es muy dulce?
La mezcla tiende a ser dulce por el mango y la leche condensada. Puedes ajustar agregando un poco de jugo de limón o usar mangos más ácidos para equilibrar.
¿Se puede desmoldar?
Sí, si usas un molde desmontable o lo forras con film plástico. Pero lo tradicional es servirlo directamente del molde.
¿Qué pasa si quiero hacerlo individual?
Puedes usar vasos o moldes individuales. Solo repite el mismo proceso de capas en porciones pequeñas.
Información Nutricional Aproximada (porción de 100 g)
Calorías: 260 kcal
Grasas: 12 g
Carbohidratos: 34 g
Azúcares: 28 g
Proteína: 4 g
Fibra: 1 g
Valores estimados, pueden variar según las marcas y cantidades usadas.
Conclusión: Un Postre Tropical, Rápido y Siempre Bienvenido
La Carlota de Mango Casera es de esos postres que siempre te sacan de apuros y te hacen quedar bien. Es dulce sin ser empalagosa, firme pero cremosa, y siempre refrescante. Su facilidad de preparación y sus ingredientes accesibles la convierten en una receta imprescindible para los meses de calor… y para cualquier día en que necesites un poco de dulzura tropical.
Prepárala con calma, decórala a tu estilo y compártela con quienes más quieres. Porque al final, cocinar también es un acto de amor.
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